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Toletvm, Tulaytulah y Toldoth, las tres estrellas de Toledo

sábado, 1 de mayo de 2010 by Anónimo

Hace muchos, muchos años, en una ciudad no tan lejana habitaban tres religiones. Cada una tenía a sus seguidores, su cultura. Unos convivían junto a los otros, sin crear guetos ni despreciarse mutuamente. La ciudad de Toledo fue un ejemplo de paz. Un paseo por sus monumentos y su cultura puede ayudar a conocer la píldora de la tolerancia que habitaba en sus calles hace diez siglos atrás.



Vistas de la noche de Toledo. Fuente: El Pintor de Estigia

A 71 kilómetros de Madrid, se alza Toledo, la ciudad de las tres culturas. En un primer momento se puede hablar de Hércules como su fundador, o así lo cuentan las leyendas. Pero años de excavación han dado a los celtiberos el titulo de ser los primeros habitantes de esta región castellano-manchega.

El pueblo romano, bajo las ordenes de Marco Fulvio Nobilior, tomó la ciudad celtibera en 192 a.C y fundo Toletvm. De este periodo de tiempo quedan infraestructuras como el Circo Romano, datado en el siglo I. Con unas dimensiones de 408 X 86,20m podía albergar hasta 13.000 espectadores. Pero en el siglo V los pueblos bárbaros invaden el Imperio Romano, y en el año 569 Toletvm queda bajo las órdenes del rey visigodo Leovigildo. Desde los siglos VI al VIII la antigua ciudad romana se convierte en una gran urbe, siendo sede episcopal y de concilios. De estos años no quedan grandes edificaciones pero si restos arqueológicos en la zona de la Vega Baja, en la zona norte del casco histórico.

La conquista árabe llegó en el 711 y provocó que Toletvm pasara a ser Tulaytulah. Aquí comenzó una primera mezcla entre la cultura cristiana y árabe, aunque con inicios desagradables como la conocida “Jornada del Foso”, en la cual fueron asesinados cerca de 5000 toledanos. El centro de la ciudad se construyó según parámetros árabes: calles estrechas, laberínticas, creando espacios secretos, difíciles de encontrar. El arte islámico prolifero en esta época, muestra de ello es la Mezquita Bib Mardum, de época califal. Fue levantada en el año 999 por el arquitecto Ibn Ali Musa. Conocida actualmente por Cristo de la Luz, su fachada ofrece tres portadas decoradas con distintos arcos: de medio punto, característico del arte romano, poliobulado, propio del arte islámico, y de herradura, usado en el arte mudéjar. Con una planta en forma de cruz griega, lo mas interesante se muestra en su interior con tramos decorados con distintas bóvedas que no se cruzan en el interior, recordando la zona de la maksura, cercado que rodea la zona sagrada del templo, de la Mezquita de Córdoba.

Puerta de los Doce Cantos en Toledo. Fuente: El Pintor de Estigia.

Tulaytulah era una ciudad fortificada, hoy en día quedan restos de la muralla que rodeaba el centro histórico de la ciudad y de las puertas que controlaban el flujo de gente que entraba y salía de Toledo. Una de ellas es la Puerta de Bab- al Mardum, ligada a la mezquita del Cristo de la Luz, también se conoce como puerta de Valmardón. Sus restos más antiguos datan del siglo IX. En sus inicios albergaba una estancia en superior en unas torres de las que hoy no queda ni un ladrillo. Otro de los accesos a la ciudad es la Puerta de Bisagra, de origen musulmán fue reconstruida bajo los reinados de Carlos V y Felipe II. Su nombre proviene de Bab-Sahgra, puerta de la sagra. Su parte exterior está formada por un arco del triunfo decorado por el escudo imperial de la ciudad. La lista continua con la Puerta de Alarcones de estilo mudéjar, la de los Doce Cantos de arquitectura islámica o la Puerta del Sol que aunque pertenece al siglo XIV contiene elementos ajenos a su estilo como partes de un sarcófago paleocristiano o un busto clásico. En total, son ocho grandes entradas arquitectónicas las que permiten el flujo de visitantes al casco antiguo de la ciudad.

Con la subida al trono de Alfonso VI, tras la Reconquista se iniciará un periodo de tolerancia entre el mundo árabe, cristiano y judío. Este será el periodo de mayor esplendor de la historia toledana y surgirán movimientos artísticos gracias a la colaboración entre estas culturas. El arte mudéjar es una de las excepciones del mundo del arte existentes únicamente en el ámbito hispano. Toldoth era como los judíos llamaban a esta ciudad fortificada de Castilla-La Mancha. Dos de las bellas creaciones mudéjar son la sinagoga del Tránsito y la de Santa María la Blanca, que se encuentran en la Judería, la zona de Toldoth donde había una mayor concertación de población hebrea.

La sinagoga del Tránsito es un ejemplo de la unión entre las tres religiones. Se construyó gracias al tesorero real Samuel Leví y al apoyo del rey Pedro I de Castilla. El rey permitió la creación de este templo como agradecimiento por el apoyo que los judíos toledanos habían ofrecido frente a las luchas fratricidas con los Trástamara en el siglo XIV. La parte central del edificio esta formada por la Gran Sala de Oraciones. Este salón está decorado por yeserías islámico-cordobesas, un tipo de decoración propio del mudéjar. El frontón del salón esta formado por un triple arco poliobulado almohade, en donde se guardaban los rollos sagrados. La decoración vegetal se une con motivos geométricos e inscripciones hebreas. La sinagoga se ha convertido en el Museo Sefardí, en donde se muestran elementos de la vida judía en Toldoth y de la cultura sefardí en la península.



En el lado izquierdo aparece el frontón de el Salón de las Oraciones. En el lado derecho se muestran elementos decorativos de el interior de la Sinagoga del Tránsito.Fuente: El pintor de Estigia.

Finalmente la época de esplendor intelectual llegara en el siglo XIII. La Escuela de Traductores fundada por Alfonso X se convirtió en el centro del pensamiento europeo con la transcripción de textos árabes, judíos y helénicos. La escuela se encuentra en el Palacio del rey Pedro I de arquitectura mudéjar que fue construido en el siglo XIV. En este siglo la convivencia pacífica entre las tres culturas irá disminuyendo, la aparición del Tribunal de la Santa Inquisición tendrá gran parte de culpa en ello.

La vida entre las tres culturas permitió el nacimiento de bellos monumentos: palacios, sinagogas, mezquitas, etc. todo ese mundo artístico e intelectual sigue encontrándose tras los rincones de Toletvm, Tulaytulah y Toldoth, las tres estrellas que han dado belleza, misterio e historia al Toledo actual.


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