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Umplugged everywhere

domingo, 25 de abril de 2010 by Lucy in the Sky



Durante el mes de abril el mundo de la música ha vivido uno de sus grandes y funestos aniversarios. El día 5 se cumplieron 16 años de la muerte de Kurt Cobain. Cantante maldito e ídolo de masas el vocalista de Nirvana no dudo en introducir una escopeta en su garganta y acabar con su sufrimiento. Su vida terminaba y nacía un nuevo mártir del rock. Su leyenda ha sido alimentada durante años. Esto y la innovación a la hora de tocar hace que el grupo todavía tenga miles de seguidores.

Para aquellos que contábamos con poca edad en la época en que triunfo Nirvana la magia de los DVD nos hace revivir sus conciertos. Uno de los más aclamados fue el Umplugged in New York. Este concierto acústico fue grabado en los estudios de Sony Music en el 93, lanzado en noviembre del 94 a través de la MTV y editado en DVD en el 2007. Hoy hacemos una crónica de esta actuación que nos hace disfrutar de uno de los momentos más íntimos del grupo.

En un ambiente casi onírico vemos a los miembros de la banda sentados en sillas sobre una plataforma. Flores, velas y grandes cortinas les acompañan. Kurt Cobain saluda y pregunta dónde está la púa de su guitarra. La música comienza a sonar y la magia a fluir. La primera canción corresponde a su primer álbum, About a girl suena mucho más relajada gracias a unos acordes de guitarra más cuidados y un ritmo de batería mucho más suave del que nos tiene acostumbrados la banda.

Tras los aplausos escuchamos los acordes de Come as you are del segundo disco, el que les llevó a la fama. De nuevo un interpretación con acordes más suaves que contrastan con la voz desgarrada del cantante. Al finalizar suena un violonchelo y un acordeón y el grupo interpreta una canción de The Vaselines (Jesús doesn´t want me for a subbeam) y otra de David Bowie (The man who sold the world).

Tras varias bromas entre los miembros del grupo Cobain decide tocar sólo la siguiente canción. Su voz y la guitarra componen una versión de Pennyroyal Tea completamente diferente a la que escuchábamos en el disco. Con las luces algo más bajas Cobain consigue de nuevo arrancarnos el aplauso. Esta vez el descanso es algo más largo. Un cigarro, pruebas de sonido y nervios cuando Cobain se acerca brevemente al público.

De nuevo suenan las guitarras. Casi no hay batería para interpretar Dumb y Polly, dos de sus grandes éxitos. On my plain por su tono más alegre nos aporta la positividad que nos arrebata Something in the way, canción que pertenece a uno de los álbumes más oscuros del grupo. Y de nuevo un cambio en el ritmo del concierto. Un descanso más amplio entre canciones con chistes entre la banda, un cigarro y un cambio entre los colaboradores.

Los hermanos Meat Puppets suben al escenario. Tras casi diez minutos de pruebas de sonido y una extraña versión de Sweet Home Alabama, se reinicia el concierto. Serán tres canciones las que suenen con los hermanos en el escenario: Plateau, Lake of fire y Oh, me. Normalmente escuchamos estas canciones a dos voces un con un estilo cercano al Country. Esta vez las escuchamos sin guitarras eléctricas y casi sin batería cantadas lentamente.

Sin parar la siguiente canción vuelve a ser una de las pertenecientes al primer disco del Grupo. All apologies no parece distinta de la versión del disco, el mismo ritmo con menos batería. Una vuelta a los orígenes. Al final de la canción el grupo debate sobre qué canción es la siguiente. Tras el anuncio de que va a ser la última el público se anima y comienza a gritar. Rape me es una de las más demandadas.

Tras mandar a todos al diablo Kurt toca una canción de Lead Belly. La canción de este autor de folk se convierte en una pieza oscura en la que de nuevo el cantante hace uso de sus registros más altos que más se acercan a la suplica que a la música. Al finalizar la canción, con un simple gracias el grupo abandona el escenario. El público aplaude y mientras Kurt firma unos cuantos autógrafos hasta que acaba su cigarrillo y sale de la habitación. En este momento el fundido en negro nos saca del concierto para llevarnos al sofá de nuestra casa o al lugar en el que estemos.

Transiciones muy suaves entre los planos, primeros planos a los diferentes componentes en los momentos indicados y planos muy amplios nos hacen tener una visión global de todo el conjunto central. La atención se centra en la música y en el grupo, sin imágenes del público. Gracias a la buena realización conseguimos la sensación de estar dirigiendo la mirada donde está lo importante en cada momento. Con las nuevas tecnologías conseguimos disfrutar íntegramente de un concierto que sólo fue pensado para unos pocos.


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